sábado, 27 de febrero de 2010

Cuatro Sonetos Esperanzadores (III)

De lo que corrí, en forma educativa,
someras rodillas vuelan en la arcilla,
lo musitado se escucha en cursiva
y hasta en la dalmática de masilla.

Cuando estuve aquí pedí nada de hacer
que intervenga en mi tristeza fallecida.
Pero esta Rosa que se comió mi placer
vino en páginas, para luego irse en huida.

En cadenas de paciencia esperé floral,
corrían los otros, leía para los huesos fríos,
crecía mi mano como un corcel oral.

Ahora que pienso en mi dolor de seneles
(las nubes que crecieron aquí como ríos),
duermo en todos los lados de los pinceles.

Noviembre – Diciembre de 1994

Qué curioso. Ahora último he estado leyendo algo sobre el Trobar Clus, pero en el tiempo en que escribí estos sonetos no sabía nada del tema. Hasta que supe que los poetas Marcela Garay, Jaime Urco y Mito Tumi habían publicado una revista de poesía con el mismo nombre entre 1980 y 1981 ^_^

sábado, 20 de febrero de 2010

Cuatro Sonetos Esperanzadores (II)

Ha cesado el cantar de los ladrillos,
puesto que nos iremos en “despacio, despacio”.
Me lavo los ojos para dejar los carrillos
y sentirse mucho relajado, sin espacio.

Levantados los cuellos, llegan los malvados.
Fuimos los primeros –me parece– en el hielo.
Aún así, queriéndolo rojo quedamos escarbados,
y entraron en nosotros gritos del cielo.

Tengo tiempo para cada instante de estar,
dentro de mí hay una ventana demasiado abierta,
un pequeño mundo que comienza a fermentar.

Tengo un breve ruido que vibra y trilcea,
porque lo destruido se queda para la muerta,
y lo que siempre digo es que todo sea.

Noviembre – Diciembre de 1994

Este es el segundo soneto del conjunto que les ofrezco desde el anterior post. A los fans de la métrica les digo que no se empeñen en enumerar las sílabas pues nunca aprendí a contarlos. Por cierto que este Jueves 25 de Febrero estaré presentando el segundo libro de poemas de Karina Valcárcel titulado Una Mancha En El Colchón (Lima: Lustra Editores, 2010) en el Café Bar Zela de la Plaza San Martín (Nicolás de Piérola 961) a las 7:30 p.m. Ahí nos vemos, saludos ^_^

sábado, 13 de febrero de 2010

Cuatro Sonetos Esperanzadores (I)

Para estas paredes celebérrimas y fuertes
he tratado de encintar su significado,
por lo que viví entre ellas; mas las fuentes
de lo absurdo me arrastran a lo acabado.

Contra ellas estuvo esta alma cansada,
este reloj de té, esta tristura de alegría,
este extrañar el conformarse de pasada
y todo arreglo en el frío aire del día.

Al olor de las flores afuera de la calle
se parece este cemento de los pies en marcas,
peces que danzan en el dedo del valle.

Ángel, te he dicho muchas veces: en agosto
cae mi amargura, mis oscuras remotas comarcas,
pero te he bebido, te quiero por lo angosto.


Noviembre – Diciembre de 1994

A partir de esta entrega voy a publicar este conjunto titulado Cuatro Sonetos Esperanzadores de fines de 1994, los cuales fueron escritos y leídos especialmente para una velada poética en el colegio donde acabé la secundaria, y en los que sin duda muestro esa cierta tristura por aquellos días idos. De repente alguno recuerda que con anterioridad publiqué un soneto. Espero les gusten ^_^

sábado, 6 de febrero de 2010

Hablador

Sé que has vuelto, hablador,
desde el otro lado de las piedras.
Sueltas de principio a fin
un puñado de palabras oscuras
pues dices que estas son
calles polvorientas de unidad vecinal
donde el único perfume conocido
es el de viejos periódicos dominicales
acumulados bajo nuestras roídas escaleras.

Dices que el sol no perdurará
mucho tiempo sobre nuestras cabezas.
¿A dónde irá? nos preguntamos,
mientras los jardines se vuelven amarillos
como antiguos libros de poesía
publicados entre 1950 y 1990.

Cuando ya parece que se te acaba el papel,
ese donde tienes anotado tu discurso,
sacas de tu flaca billetera otro
y continúas diciendo que la música
es lo único que perdura
pues las aves no viven entre nosotros
como sí lo hacen perros y gatos:
son ellos quienes rayan los discos
y destruyen las cintas de audio
por las noches mientras estamos durmiendo.

Ya está atardeciendo. Para secar tu garganta
te has bebido casi todo el mar.
Ves que Eguren está en Barranco
contemplando el crepúsculo desde el mirador,
y nos dejas de lado para hacerle una entrevista.
Pero eso ya no nos conviene ni verlo ni escucharlo.
En unos meses lo leeremos en alguna revista literaria
de jóvenes escritores universitarios.


28 de marzo del 2001, 4:14 p.m.

Este poema lo escribí pensando en un amigo poeta, tan altanero y arrogante como "el hablador" (por cierto no tiene nada que ver con la revista virtual de literatura del mismo nombre). Por otra parte, la alusión a "sacar textos de las billeteras" lo tomé de una noche en que anduve con la gente del grupo poético Cultivo, ahí por 1994-1995. Recuerdo que alguna vez fuimos al famoso parque de la Urb. Pando, al que ellos bautizaron como El Colchón, e improvisamos un recital poético y los miembros de Cultivo (entre ellos el desaparecido poeta Rodolfo "Rudy" Pacheco) sacaban poemas en descuidados papeles doblados de sus billeteras, imagen que se me quedó grabada en la memoria pues contrastaba con la pulcritud con la que yo cuidaba mis originales. Recuerdo que en aquella ocasión también estuvo mi querido Rodolfo Ybarra. Valga este poema catártico para recordar algo de aquel glorioso pasado noventero... ^_^